Jorge Peñuela, jpenuela@udistrital.edu.co

 

Las artes transformistas son metáforas vivientes. Lo viviente solo se deja atisbar por las metáforas. Lo viviente  se regodea y se encuentra a sí misma en las metáforas. Por sí mismas estas son acontecimientos que desactivan los hábitos de la lengua, en especial, aquellos que están más arraigados en el ser humano: los imaginarios sectarios que operan en sus estéticas palaciegas. Estos hábitos ciegan, cierrran, niegan, obstruyen y silencian. Lus luces que propagan las metáforas renuevan el sentido de estar en lo abierto con otras. Hacer parte de “lo abierto” y “metáfora viviente” señalan el mismo camino. Las artes transformistas diseminan diversas y múltiples realidades. Acontecimiento, hábito, sentido y metáfora permiten atisbar aquello que somos hoy y llamamos actualidad, eso que regresa incesantemente una y otra vez pidiendo la palabra para las verdades silenciadas que transporta.

La metáfora convoca a pensar mucho, intensamente  y en muchas direcciones (Kant,1991). La metáfora dice mucho más de aquello que los curadores nos dejan ver, muestra mucho más de las verdades que los historiadores del arte recogen en sus minutas palaciegas. Esta es la virtud de la metáfora, su mérito configurador de realidades: decir mucho con poco. Como toda metáfora, la mirada que el arte transformista, drag y queer dirigen a la cultura hegemónica, patriarcal y lgbtifóbica, abre caminos de libertad estética y política, propicia búsquedas artísticas colaborativas y solidarias, plantea interrogantes acerca de las condiciones que determinan la sociabilidad de nuestros días y, finalmente, se consituye como práxis especial (Agamben, 2019), como un conjunto de acciones que producen cuerpos políticos que transforman la literalidad de la vida cotidiaba, marcada con todo tipo de oprobios. Llamamos transcontemporaneidad a este camino.

Por una parte, localizadas en la cultura, las artes de transformación interrogan la mirada torva que aquélla misma lastra, esa marca ciega, esa singular manera de vivir denominada humana, lo humante, lo cambiante, lo estable inestable. Cuestionan los silencios bajo los cuales el poder oculta su opresión,  su santa ignominia depravada. Por otra parte, la mirada a la Otra invisible que modela la cultura que la excluye,  es una mirada a sí misma. Estas dos miradas son fuerzas en tensión que se suspenden por la acción de la artista que desactiva hábitos ciegos, que perdieron su lustre y su pertinencia social (Agamben, 2019). La artista transformista es modelada por la mirada que dirige a la Otra que la mira sin pudor para excluirla. Solo mediante esa mirada abierta de la artista transformista, permanentemente al acecho, se tiene acceso a todo eso que nos constituye porque nos falta, porque nos fue arrebatado. Como lo plantea Lacan, se nos constituye desde esa falta primordial.

Más que nunca antes, acusamos la falta de la experiencia de lo abierto, la ausencia de ser en la palabra que nos configura; extrañamos ese animal acechante,  ese que vuela en las metáforas que le promete a la tierra. Comprender y pensar la fuerza de esta  nostalgia constitutiva es la tarea para las artes drag y transformistas. Recuperar algún resto de lo arrebatado es otra. A diferencia del arte de Academia centrado exclusivamente en el pensamiento de las formas y el diseño  de técnicas para producir objetos individualizantes con utilidad pragmática y comercial, los actos poéticos del arte con perspectiva diversa modelan comunidades, otras maneras de mirar a la otra en sí  y de existir en libertad; principalmente, se nutre de la actividad narrativa de las artivistas, de ese cúmulo de anécdotas de vida que comparten unas con otras en espacios de socialización LGBTI. Cada atuendo, toda palabra, todo gesto, cada acción, toda mirada, cada sarcasmo, es una anécdota que en manos de la artista que la piensa deviene acontecimiento, sentido, metáfora y comunidad en la justicia de ser. No hay actualidad sin esta justa constelación sentida.

Los y las artistas reunidas en la curaduría Manifiestas, La noche y Las Luciérnagas, se destacan por su interés en las luchas por la igualdad de derechos que las comunidades LGBTI manifiestan en cada una de sus acciones. Sus propuestas son testimonios  de una prolífica producción de imagen que transcienden el testimonio mismo que documenta las actividades LGBTI. En cada una de sus imágenes podemos apreciar no solo técnicas refinadas de producción, fruto de muchos años de experiencia estética, fotográfica y visual, de trabajo político y compromiso social; también podemos apreciar en cada propuesta una poética singular, que no se agota en la exposición de un objeto, que no cesa de actuar, que no renuncia ni un solo instante a la transformación que toda sociedad a diario clama. Estas cualidades poéticas y técnicas caracterizan la diferencia que opera en toda obra de arte (Agamben, 2019).

Manifiestas, La noche y Las Luciérnagas,  es uno más de los muchos trabajos colaborativos y solidarios entre artistas, activistas y gestores culturales comprometidos con las libertades personales y la igualdad de derechos políticos, sexuales y sociales.  Una vez más, trabajamos en colaboración con el Espacio Cultural The Gallery at Divas, de Medellín, un lugar que resiste en la entraña de la exclusión, en aquella bella ciudad. Teresita Rivera, Sol Astrid Giraldo y Miguel Gallardo, cada una y cada uno desde su énfasis específico, se caracterizan por su apoyo incondicional tanto a los y las artistas que trabajan con comunidades trans, como a las mismas mujeres trans que luchan por sobrevivir en esta entraña bellamente convulsiva.

The Gallery at Divas es un manifesto político por la igualdad que se acompasa con las acciones poéticas de los y las artistas que allí en medio del bullicio urbano propician encuentros solidarios. El concepto Manifiestas aquí propuesto, acota los manifiestos vivientes de estas artistas que se forman en las calles de las grandes urbes colombianas. Estas artivistas de acción directa en las calles dialogan con los artistas de carrera que les salen a su encuentro,  nos indican que cada propuesta drag, queer o transformista es una apuesta política, con la cual los y las artistas nos reiteran una insurgencia:  la urgencia de la igualdad de derechos entre hombres, mujeres y personas LGBTI.

 Lista de Participantes